Home » ¿Cómo se transmite la enfermedad del legionario? ¿A quiénes afecta?
La enfermedad del legionario es una neumonía grave causada por la bacteria Legionella, que se desarrolla en sistemas de agua contaminados. Desde el primer brote en Filadelfia en 1976, la enfermedad se ha reconocido como una grave amenaza para la salud mundial, especialmente en hoteles, hospitales, cruceros y edificios públicos, donde los grandes sistemas de agua pueden albergar bacterias si no se mantienen adecuadamente.
Comprender la transmisión de la enfermedad del legionario, quiénes la contraen y cómo reconocer los síntomas es fundamental para su prevención y tratamiento. Con la medicina moderna y un control adecuado de los sistemas de agua, los riesgos pueden minimizarse, pero siguen produciéndose brotes en todo el mundo.
La enfermedad del legionario es una infección pulmonar causada por la inhalación de gotas microscópicas de agua que contienen Legionella pneumophila. Es una de las más de 60 especies conocidas de Legionella, pero L. pneumophila es la responsable de la mayoría de los casos en humanos.
Hay dos formas principales de enfermedad causadas por Legionella:
Ambas formas forman parte de la legionelosis, pero es la enfermedad del legionario la que supone el mayor peligro para la salud humana.
Unlike viruses such as the flu, Legionnaires’ disease is not spread from person to person. Transmission occurs through inhalation or aspiration of contaminated water droplets.
Common Sources of Infection
When these water systems are not cleaned and disinfected, Legionella can multiply rapidly, particularly in warm, stagnant water.
Cualquier persona puede desarrollar la enfermedad del legionario, pero ciertos grupos corren un mayor riesgo:
Para las personas sanas menores de 40 años, el riesgo es mucho menor. Sin embargo, los brotes en hospitales y residencias de ancianos ponen de relieve el grave peligro que corren los pacientes inmunodeprimidos.
Los síntomas suelen aparecer entre 2 y 10 días después de la exposición a gotículas de agua contaminadas. Los primeros signos pueden parecerse a los de la gripe o la COVID-19, por lo que es esencial realizar pruebas de laboratorio.
Síntomas comunes
Si no se trata, la infección puede progresar rápidamente y provocar insuficiencia respiratoria, sepsis o incluso la muerte.
La enfermedad del legionario está causada por la bacteria Legionella, que prolifera en ambientes con agua caliente entre 20 °C y 50 °C (68 °F-122 °F).
La bacteria Legionella está presente de forma natural en lagos y arroyos de agua dulce, pero se vuelve peligrosa cuando se le permite multiplicarse en sistemas de agua artificiales.
Dado que los síntomas se asemejan a los de otros tipos de neumonía, el diagnóstico requiere pruebas específicas:
Es fundamental realizar un diagnóstico rápido y preciso, ya que el tratamiento temprano mejora significativamente las tasas de supervivencia.
A diferencia de las enfermedades virales, la enfermedad del legionario requiere antibióticos. Sin tratamiento, la afección puede ser mortal, pero con una terapia inmediata, la mayoría de los pacientes se recuperan.
Antibióticos de uso común
El tratamiento suele durar entre 10 y 21 días. En casos graves, se requiere hospitalización para:
La tasa de mortalidad oscila entre el 5 % y el 30 %, dependiendo del estado de salud del paciente y de la rapidez del tratamiento.
Dado que no existe vacuna, la prevención se centra en la seguridad del sistema de agua.
Medidas clave de prevención
Se recomienda a las personas que eviten los jacuzzis en mal estado y las instalaciones acuáticas públicas durante los brotes.
A medida que el cambio climático aumenta las temperaturas globales, se prevé que aumente la propagación de la Legionella en los sistemas de agua, lo que hace que las medidas preventivas sean aún más urgentes.
La enfermedad del legionario sigue siendo un grave problema de salud a nivel mundial, pero con un diagnóstico precoz, un tratamiento antibiótico eficaz y una gestión estricta del sistema de agua, es posible reducir los riesgos.
Al concienciar sobre cómo se propaga la enfermedad del legionario, quiénes son las personas afectadas y la importancia de la prevención, tanto los profesionales sanitarios como la población pueden colaborar para minimizar los brotes y proteger a las poblaciones vulnerables.
La enfermedad del legionario se transmite al inhalar pequeñas gotas de agua que contienen la bacteria Legionella. Esto suele ocurrir en sistemas de agua contaminados, como torres de refrigeración, duchas, jacuzzis o grandes redes de fontanería. La enfermedad no se transmite de persona a persona.
Los primeros síntomas de la enfermedad del legionario suelen parecerse a los de la gripe. Los primeros signos incluyen fiebre alta, escalofríos, tos, dolores musculares y dolores de cabeza. Algunos pacientes también desarrollan síntomas gastrointestinales, como diarrea y náuseas. Los síntomas suelen aparecer entre 2 y 10 días después de la exposición.
Cualquier persona puede contraer la enfermedad del legionario, pero los grupos de mayor riesgo son:
El tratamiento de la enfermedad del legionario requiere antibióticos como azitromicina, levofloxacino o doxiciclina. Los casos graves pueden requerir hospitalización para recibir oxigenoterapia y antibióticos intravenosos. Con un tratamiento temprano, la mayoría de los pacientes se recuperan, pero retrasar la atención médica puede aumentar el riesgo de complicaciones.
Sí. Dado que no existe vacuna, la prevención se centra en la seguridad y el mantenimiento del agua. Las medidas clave incluyen:
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